
Cáncer de mama
Las palabras cáncer, enfermedad, muerte, dolor, sufrimiento las escuchamos a diario. Con cierta frecuencia algún familiar o conocido las padece, pero rara vez tratamos estos temas y los discutimos en profundidad.
El cáncer de mama es una enfermedad causada por la malignización, crecimiento y diseminación descontrolada de las células del tejido mamario. Puede invadir tejidos y órganos circundantes y provocar metástasis en zonas distantes del organismo.
Todo esto conlleva una disminución de la salud que afecta a nivel físico, emocional e incluso espiritual, y deja una huella profunda en la persona enferma y en su familia.
Actualmente, el cáncer de mama es el cáncer más comúnmente diagnosticado en las mujeres adultas de todo el mundo, seguido del cáncer de pulmón. Todavía muchos casos se diagnostican en fases avanzadas, es por ello que la detección a tiempo es fundamental.
Se estima que 1 de cada 10 mujeres aproximadamente, desarrollará cáncer de mama durante su vida. Anualmente más de 462.000 mujeres son diagnosticadas y aproximadamente 100.000 mueren por ello.
Esto quiere decir, que es muy probable que al menos una mujer de nuestras familias o amistades va a verse afectada y pudiese fallecer por esta enfermedad.
Como médico especialista en mastología, convives a diario con la responsabilidad de notificar a los pacientes sobre este diagnóstico, ¿ Cómo es esa experiencia?
Si pudiesen apreciar la mirada de cada una de nuestras pacientes, en el momento justo antes de abrir un sobre que contiene la información que descarta o confirma la presencia de un cáncer de mama, notarían por unos segundos como su alma entera, sus esperanzas y expectativas de vida, se manifiestan en un disimulado enrojecimiento ocular y una fina capa lagrimal.
A partir de que decimos las palabras “tienes cáncer”, notas como esa mirada se pierde por un momento, como si estuvieras hablando en otro idioma o estarías otra dimensión.
Inmediatamente vienen las preguntas: ¿Voy a morir?, ¿Cuánto tiempo me queda?, ¿Sentiré dolor?, ¿Se me caerá el cabello?, ¿Por qué me pasó a mi? ¿Qué sucederá con mi familia?
El valor y el ejemplo de las personas que enfrentan esta enfermedad nos motiva a luchar día a día sin tregua contra el cáncer de mama. Mientras más lo entendamos y mejor lo tratemos, ¡todos salvamos vidas!
Muchas veces el diagnóstico del cáncer es tardío, lo que limita las posibilidades de tratamiento. ¿Qué podemos hacer para diagnosticarlo de forma temprana?
La concientización de la importancia de la pesquisa temprana de esta patología sigue siendo pobre. Hay 2 conductas importantes para el diagnóstico precoz que previenen la muerte por cáncer de mama:
- Autoexaminarse las mamas mensualmente en busca de signos de sospecha como cambios a nivel de la piel de la mama o pezón, la presencia de un bulto en la mama o axila, la presencia de secreción por el pezón.
- La segunda y más importante es realizarse una mamografía anual desde los 40 años dado que muchos cánceres de mama son asintomáticos.
Es importante que cambiemos el concepto de ir al médico sólo cuando nos sentimos enfermos, porque lamentablemente eso puede causar que el diagnóstico se haga tardíamente.
Debido a la situación de la pandemia del Covid-19, muchas personas tuvieron que suspender sus controles médicos o los postergaron por la vacuna. Sin embargo, debes conocer que siguiendo los cuidados y protocolos adecuados, en la actualidad la principal recomendación es no postergarlos y acudir anualmente a una evaluación por el especialista en mastología.
Hacerse un screening con mamografía puede ser molesto y generar ansiedad. Debes saber que no siempre la presencia de alguna alteración significa que tengas cáncer, ¡pero debes consultar inmediatamente!.
El diagnóstico precoz del cáncer de mama con una mamografía y el tratamiento oportuno, son las únicas estrategias que han demostrado mejorar la supervivencia y salvar vidas!
¿Qué puedo modificar en mi estilo de vida para evitar padecer de Cáncer de mama?
Existen diversos factores de riesgo que incrementan la probabilidad de presentar Cáncer de mama. Algunos de ellos no son modificables como el género femenino, la edad mayor a 50 años, antecedentes personales o familiares de cáncer, ciertas mutaciones como el BRCA, etc. Otros factores si son modificables como la obesidad, el consumo crónico de alcohol y el sedentarismo.
Por tanto, entre las estrategias de prevención, les compartiré 5 tips para ayudar a reducir el riesgo:
- Lleva una vida sana y libre de malos hábitos, limita el consumo de alcohol y mantente físicamente activa.
- Cuida tu peso, trata de mantener un peso adecuado para tu altura y si debes reducirlo, consulta con un especialista formas saludables de hacerlo y de aumentar la actividad física.
- Cuida tu nutrición, una dieta sana puede disminuir el riesgo de algunos tipos de cáncer, así como de diabetes, enfermedades cardíacas e infartos.
- Estimula la lactancia materna siempre que sea posible.
- Realiza ejercicios de moderada intensidad, durante 30 minutos al día.
- Limita el reemplazo hormonal en la menopausia, habla con tu especialista sobre los riesgos y beneficios y mantenlo siempre bajo vigilancia y por el tiempo recomendado (menor a 5 años )
- Destina un tiempo para el cuidado de tu salud en todos los aspectos. Es común que las personas pongamos la salud al último de las prioridades en nuestro día a día. Sin embargo, ya sea porque quieres ser una persona empoderada de tí misma, de tu vida o porque quieres cuidar y ayudar a tus seres queridos o a la sociedad recuerda: ¡La salud es tu mayor riqueza!.

Daniela Alegría Maldonado Jaramillo
es esposa y madre, aficionada a viajar y los deportes al aire libre en especial junto a su familia; médico de profesión, estudió su pregrado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, y tanto la especialidad en Cirugía General y la subespecialidad en Cirugía Oncológica en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente trabaja en varias clínicas en Santiago de Chile y realiza docencia a estudiantes de medicina.