Covid y embarazo, un ejemplo de vivir la corresponsabilidad en el hogar
Mucho hablamos ahora de la importancia de generar una corresponsabilidad de roles en el hogar, en donde mamá y papá ejerzan sus responsabilidades y compromisos en el desarrollo de su familia. En mi casa, afortunadamente, siempre hemos intentado que sea así, nos apoyamos con mi esposo para lograr desarrollarnos personal, familiar y profesionalmente.
Nuestra historia tiene varios ejemplos de cómo lo hemos logrado y es lo que quiero compartirles. El inicio de nuestro matrimonio lo vivimos en Washington, por una oportunidad laboral que tuve y Rober me apoyó, aunque eso significó dejar su trabajo, pero lo hicimos por los dos.
*Rober y yo en Washington DC
La importancia de conocer nuestros sueños
Siempre fue claro que los dos teníamos dos sueños: ser papás y ser profesionales. Así que siempre nos hemos apoyado mutuamente para cumplir con estos dos importantes objetivos.
Hace 3 años llegó nuestro primer hijo Sergio. Desde el inicio nos organizamos en casa y nos dividimos los roles: él le bañaba, yo lo dormía, y así con cada actividad del hogar. A sus 11 meses tuve que viajar por mi trabajo y Rober se quedó encargado de él. Fue tiempo que disfrutaron, no fue algo nuevo, ellos siempre compartieron mucho.
Lo mismo pasó con mi segunda hija Julia, nos reorganizamos las responsabilidades para poder ocuparnos de los dos, sin dejar de lado nuestras metas personales y profesionales. Muchas veces tuve que llegar tarde a casa, y si bien somos afortunados porque nuestras familias nos apoyan, también lo somos porque los dos sabemos todo lo que hay y necesita nuestro hogar.
*Mi primera visita a Harvard Kennedy School
El confinamiento por la pandemia del COVID-19, comenzó cuando tenía 9 semanas de embarazo de mi tercer bebé. Fueron meses de compartir mucho, de organizarnos más, porque teníamos que conciliar las responsabilidades de la casa, de los trabajos, de los dos niños y todo lo que implica un nuevo embarazo. Creo que fuimos afortunados porque no tuvimos tiempo de preocuparnos, más bien eran días que pasamos ocupados, organizándonos y disfrutando de poder estar todos juntos.
El Covid-19 nos llegó y cambió todo lo que habíamos planificado
Sin embargo, a finales de agosto, cuando tenía 32 semanas de embarazo, di positivo para COVID-19. Eran las 11pm, veíamos una serie con mi esposo cuando llegaron los resultados (nunca nos imaginamos que podía dar positivo; de hecho, Rober dio negativo), al verlos se me heló la sangre. ¿Qué debíamos hacer?, ¿Cómo debíamos organizarnos en casa? ¿Mis hijos también estarían contagiados? Muchas preguntas difíciles de responder.
En ese instante Rober cogió su almohada, nos despedimos y se fue al cuarto de nuestro hijo mayor. Yo cerré la puerta del cuarto y comenzó mi cuarentena y la experiencia más dura, pero a la vez especial, de nuestras vidas.
Estuve en el cuarto aislada por una semana. No podía salir, solo a ratos abría la puerta para ver desde lejos a mis hijos. La segunda semana empeoré y tuve que ser internada en cuidados intermedios, dos días después, tuvieron que practicarme una cesárea de emergencia y trasladarme a cuidados intensivos.
*Mi cuñada cuidando a mis bebés
Afortunadamente, Sebastián nació perfecto, solo tuvo que estar una semana internado, de hecho él salió un día antes que yo.
Sin embargo, aquí no acaba nuestra historia. En mi casa dieron positivo mi esposo y mis dos hijos, así que no podíamos volver con Sebas, tuvimos que estar una semana adicional viviendo donde mi hermano.
Finalmente, luego de tres semanas pude volver a ver a mis hijos, y luego de quince días Rober conoció a Sebastián. Sin pensarlo, tuvimos semanas de corresponsabilidad, de dividirnos los roles, de extrañarnos, pero estar felices, porque más allá de la fortuna de haberle vencido a este duro virus, nuestra familia siempre estuvo tranquila, unida y pudimos salir adelante.
Nuestro reencuentro!!!
Fueron momentos duros, pero nunca estuvimos solos, siempre hubo gente llamándonos, cuidándonos y rezando por nosotros.
La corresponsabilidad no es algo que debe darse en momentos difíciles, se la debe vivir en el día a día; sin embargo, esta dura prueba vivida nos demostró que los estamos haciendo bien, que lo podemos hacer. Que nuestros hijos tienen un padre y una madre y los dos tenemos un hogar que nos necesita y sueños que queremos cumplir; sueños que vamos cumpliendo de la mano, juntos, respetándonos, valorándonos y admirándonos.
Gisela Montalvo Chedraui
Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, MBA y Master en Políticas Públicas. Cuenta con Programa Ejecutivo en Leadership Decision Making por Harvard Kennedy School. Directora Ejecutiva de la Cámara de Innovación y Tecnología Ecuatoriana CITEC.
Durante varios años trabajó en el sector público del Ecuador como funcionaria de la Embajada de Ecuador en EEUU y asesora en el Ministerio Coordinador de la Producción Empleo y Competitividad. Fue directora de la Corporación Líderes para Gobernar y Directora de la Escuela de Gobierno UHE.
Es miembro del Comité Académico de Unidos por la Educación, Vicepresidenta de la Comisión de Integridad de ICC y Co-fundadora del Movimiento Razón y Emoción.
Esposa de Roberto, mamá de Sergio, Julia y Sebastián, ✨Luna,
José y Macarena.