Diego Castillo
En el ámbito personal
- ¿Qué personas son las que más te han marcado y por qué?
Mis dos hijos, ellos me han enseñado todo lo que sé . A través de su templanza, su fortaleza, su mal genio, su dulzura, sus risas y su llanto, ellos han sido los mejores maestros de vida para mi. Me han dado lecciones desde el momento en que supe que vendrían al mundo.
- Si quisieras que tus hijos se queden con un mensaje de tu vida, ¿Cuál sería?
Quisiera que estén seguros que su papá VIVIÓ, que fue el hombre más feliz sobre la tierra.
Quisiera que sepan que fue el papá y el hombre perfecto, porque deben entender que “perfección” no es la ausencia de errores.
Perfección para mí , es NO ocultar tus errores; es hacerlos visibles; es reconocerlos y tener el propósito de enmienda.
- Como padres muchas veces enfrentan problemas que los hijos nunca nos damos por enterado. ¿Qué te ayudó a afrontar la situación familiar tras la muerte de tu esposa?
Primero mi fe inquebrantable en Dios; entender que todo en la vida es inesperado pero preciso; estar consciente que todo a lo que me resisto persiste, pero si lo acepto, desaparece. Saber que no tengo por qué entender y que solo debo aceptar.
Así, las cosas pasan, el dolor se queda, y llega el punto en que sabes convivir con él, sin que los demás lo noten…y aún con ese dolor, saber que se puede ser feliz.
Cuando el 20 de abril de 1998 a las 4 de la tarde, yo me enteré que Carmen Amalia tuvo que empacar y partir luego de que el avión en el que viajaba se impactó contra una montaña, el mundo terminó también para mí; pero no fue sino hasta cuando me hice consciente que la vida seguía, que me sacudí y seguí. Tenía dos niños a los que debía criar.
Un día solo entendí que es así cómo debía haber pasado y recordándola, sonreí. Entonces supe que la muerte termina una vida pero no una relación.
- ¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido como padre?
Esa, el hecho de ser papá. No hay mayor experiencia en la vida. Son los hijos quienes nos escogen. Es su alma la que decide en dónde anidar. Y eso, los papás debemos agradecer.
Es por eso que no hay amor más grande. Debemos entender que amar con locura a los hijos, no es nada más que nuestra muestra de gratitud hacia ellos, por habernos escogido como padres.
- Veo que en LinkedIn te presentas como “El abuelo de…”, ¿qué significó para ti ser abuelo?
Creo que si amar a los hijos es una muestra de gratitud hacia ellos por habernos escogido para ser sus papás, el ser abuelo es la retribución de los hijos hacia ese agradecimiento.Cuando por alguna razón me piden mi hoja de vida, hace ya dos años dejó de tener todo eso que el ego hace que conste en ella. Los títulos, los cursos, las maestrías, las ingenierías, los seminarios, la experiencia laboral, en mi caso, ya no existen, ya no sirven.
Desde hace dos años, mi CV lo único que contiene es: Abuelo de Amalia Lucía y de José Tomás. La existencia de estos dos niños, fue el engranaje que faltaba para hacer de esta vida algo más bonito.
- Siempre fuiste un padre muy presente ¿Crees que te enriqueció como persona el tener que cubrir los dos roles (mamá y papá) en tu hogar?
No sé si cubrí los dos roles. Cuando Carmen Amalia tuvo que empacar y partir, me vi solo, desesperado, sin saber qué camino tomar. La vida entonces va siendo generosa y de a poco la luz empieza a alumbrar el sendero.
Y entiendes que debes jugar a los carritos y luego vestir a las muñecas, pero no porque tengas que hacer de papá y de mamá, no va por allí el tema.
Es simplemente porque DEBES hacerlo. Tus hijos te escogieron a ti, lo menos que debes hacer, es estar para ellos.
Cuando había eventos para mamás en las escuelas de mis hijos, jamás se me ocurrió no ir. Estuve en todos siempre. Fui el único papá en los tés de mamás. Hice que las señoras me aceptaran…y si no, igual, allí iba yo a estar. Y no es que estaba asumiendo el rol de mamá, no; era un papá representando a sus hijos porque mamá ya no estaba.
Esto es algo que cuesta entender. Todo el mundo dice “has sido papá y mamá para tus hijos» .No lo creo así.
Yo he sido papá para mis hijos. Ellos tienen su mamá, siempre la tuvieron, solo que está en otro estado. Ellos hablan con su mamá, le piden consejos; siempre hubo fotos de ella en toda la casa, es decir la relación de mis hijos con su madre nunca se perdió.
Hasta el día de hoy festejamos su cumpleaños, ella está presente en todas las reuniones familiares, en fin.
Yo solo he sido papá.
- ¿Qué te ayudaba a cubrir tu responsabilidad familiar y laboral?
Aquí aparece un personaje en mi vida. Se llama Cristina y ha sido la nana de mis hijos toda la vida (hasta el día de hoy). Ella acaba de cumplir 26 años junto a nosotros y su ayuda ha sido el pilar fundamental para que yo pueda llevar el pan a casa, sabiendo que mis hijos estaban siendo cuidados con amor.
En el ámbito profesional
- Serviste un tiempo en la fuerza aérea, ¿Cómo te formó esa experiencia para los retos que tuviste que enfrentar?
A la Fuerza Aérea le debo mucho. Me enseñó disciplina, puntualidad, el valor del honor, de la honestidad y de la hombría de bien.Mis dos hijos llegaron cuando yo aún era miembro de la Fuerza Aérea. Ellos recuerdan un poquito de lo que fue vivir en una base militar. El honor de portar el uniforme azul, es algo que llevaré conmigo siempre.
- ¿Cómo influyó en tu crecimiento profesional el tener que sacar adelante la familia por tu cuenta?
Hubo un momento en que mi situación financiera era caótica. Apareció de pronto una oportunidad laboral única. Debía, para eso, dejar la FAE y solo lo hice. Tenía que dar de comer a mis hijos. No me movió nada más que eso. Dejé una carrera de 17 años en la milicia por embarcarme en lo desconocido. Las cosas salieron bien y heme aquí 20 años después.
- Cuándo iniciaste en BASC Capítulo Pichincha tenían una cartera de 24 clientes, hoy en día cuentan con más de 300. ¿Cuáles fueron las virtudes que ayudaron a tu equipo a conseguir ese logro?
Las virtudes que ha tenido mi equipo durante estos 20 años son : Constancia, disciplina, esfuerzo, proactividad, entusiasmo, honradez, franqueza, liviandad, transparencia y la responsabilidad incondicional. También la comunicación efectiva, humildad ontológica, integridad esencial, maestría emocional y negociación constructiva.
- En general, ¿Cuál crees que ha sido tu mayor logro?
Vivir con pasión y amar lo que hago. Hacer las cosas que quiero y si me da miedo, pues hacerlas con miedo, pero hacerlas. Entender que si no fuera por todos, nadie sería nada.
Diego Castillo Maldonado
Soy abuelo de Amalia Lucía y José Tomás. Nací en la madrugada del sábado 29 de mayo de 1965, en Quito. Creo en Dios y eduqué a mis hijos para que también crean en Él.