Gerson Gonzales
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¿Cómo descubriste tu homosexualidad?
A los doce años, mientras estaba en la escuela, descubrí que me atraía mucho un adolescente de unos quince años. Curiosamente él tenía un hermano gemelo, entonces, en realidad, me gustaban dos muchachos a la vez, tanto de manera afectiva como erótica.
Creo haber experimentado algo parecido mucho antes; por ejemplo, a los cinco años, me llamaba la atención un niño de mi edad. Recuerdo que su rostro me causaba interés.
También, aproximadamente a mis ocho años, un vecino de unos catorce años aprovechaba los momentos en los que estábamos a solas para tocarme. No lo hacía de forma violenta, al contrario, era muy “tierno” al hacerlo. Sinceramente, en ese entonces, esa experiencia me parecía agradable.
Quizás porque aquel muchacho me daba la atención y afecto que no recibía de mi padre, y se volvió un «amigo especial» cuando no tenía amigos.
Él no me gustaba, pero sí lo que hacíamos. Años después descubrí que lo que viví con ese muchacho fue un abuso. Comúnmente creemos que los abusos sexuales son violentos, pero no es siempre así, también existen los abusos sexuales “tiernos”, incluso aquellos en los que el abusador ni siquiera toca a su víctima, sino que prefiere indicarle qué hacer y cómo.
En fin, fui abusado, no de forma violenta, ni siquiera hubo penetración, pero esto duró aproximadamente un año entero, entonces, quizás sea una experiencia relevante que tocó mi sexualidad y autopercepción.
Finalmente, a los doce fue que me categoricé como bisexual, pero años después reconocí que lo mío era una orientación homosexual.
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¿Cómo vivir con la orientación homosexual y ser feliz?
La mejor manera de vivir con una orientación homosexual es dándola, especialmente de manera pública al mundo y a la Iglesia. Esto implica la no práctica de la orientación sexual, porque la práctica homo no colma los corazones.
Si somos observadores de nuestra vida, podemos comprobar que hemos sido felices, especialmente, cuando nos hemos dado enteramente (solidaridad, deporte, arte, humor, teatro, testimonio, combate político justo, sacrificio, búsqueda de la verdad, etc.). Pero creo que uno es aún más feliz cuando da sus propias heridas, complejos y vergüenzas.
También hemos sido felices cuando nuestros interlocutores han visto y acogido el riesgo que tomábamos al hacer esta entrega completa. También cuando han visto y acogido nuestra pequeñez/humildad, humor y humanidad.
Somos felices cuando luchamos, nos esforzamos y tratamos de ser un don para los demás. Somos especialmente felices cuando dejamos que Jesús pase a través de nuestras heridas, de todo lo que somos y de lo que nos habita.
Es una gran sorpresa, muy original, divertida y a veces chocante, saber que el Señor puede usar incluso nuestras heridas (como la orientación homosexual) -que no ha querido en nosotros, pero que ha permitido- para hacer pasar su luz y manifestar su gloria.
El Señor es delicado y respetuoso con nosotros; Él no nos acepta a partir del momento en que somos perfectos como Él, o a partir del momento en el que ya no nos sentimos homosexuales. ¡Para nada! Si nuestra homosexualidad existe entonces Él puede usarla también -porque nos ama enteramente- para anunciarse. No desperdicia nada de nuestra persona, ni de sus “migas”. Se sirve de todo, incluso de nuestra vergüenza y malestar; en este caso, de nuestra homosexualidad.
Y si nuestra orientación llega a ser duradera, nos invita a entregarnos con esta, usándola en un apostolado que no la niega ni desecha, pero que requiere no practicarla.
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¿Se contraponen fe católica y homosexualidad? ¿Cuál ha sido tu experiencia?
La Iglesia Católica valora y acoge a todas las personas, independientemente de sus tendencias sexuales. Por lo tanto, los católicos están llamados a acoger a todas las personas homosexuales por el simple hecho de ser personas.
A la vez, la Iglesia enseña que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” y que “no pueden recibir aprobación en ningún caso”. Suena un poco duro, lo sé, pero sepamos distinguir las cosas, aquí no se habla de nosotros y nuestra identidad, sino de los actos humanos que podemos realizar. En ese sentido, la Iglesia -en su esencia- no nos discrimina, al contrario, nos acoge, y también tiene la libertad de decirnos qué es lo que no nos conviene.
Ahora bien, si le preguntamos a un catequista, sacerdote u obispo la razón por la cual los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados, muchas veces sus respuestas terminan siendo poco convincentes.
Se conforman con argumentar la naturalidad de los cuerpos, la procreación y la familia, pero… ¿acaso esas son respuestas para una persona que experimenta deseos homosexuales y quiere convivir con otra de su mismo sexo? ¿Hablarle de la naturalidad de los cuerpos, la procreación y la familia lo motivará a dejar la práctica homo y renunciar a la “pareja” del mismo sexo? Pienso que no. Pero comprendo que mucha gente de la Iglesia no tenga los buenos argumentos, porque incluso al recurrir al Catecismo encontrará lo mismo.
La Iglesia -en su esencia- sabe lo que dice, porque obedece a Dios, pero a veces no sabe cómo decirlo, especialmente sobre el tema de la homosexualidad. Por esa razón -humildemente- intentamos ayudarla. En resumen, la fe católica sí es compatible con las personas homosexuales, más no con la práctica homosexual.
Y en cuanto a mi experiencia, la homosexualidad no me ha impedido vivir mi fe ni me impide amar a Jesús. Al revés sucede lo mismo, Jesús y la Iglesia me aman, a pesar de mi orientación sexual. Yo soy feliz siendo católico y acojo con amor lo que la Iglesia me invita a vivir.
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¿Se pueden dar argumentos no religiosos sobre la conveniencia o no de sostener prácticas homosexuales?
No solo se puede, se debe. Los argumentos religiosos, llámese basados en la Biblia o Catecismo, (“porque la Biblia dice…”, “hombre y mujer los creó”, “es pecado”, “te puedes ir al infierno”, “estás llamado a la castidad”, “tienes que ser santo”, etc.) como los supuestamente científicos (“es antinatural”, “no es una identidad”, “no hay complementariedad”, “es la consecuencia de traumas”, etc.) no sirven a la hora de explicarle al mundo por qué la práctica homo no es conveniente.
Especialmente frente a la pluralidad de las prácticas homosexuales, en particular la práctica homosexual fiel, respetuosa, alegre y no promiscua, y frente a una propaganda mediática arcoíris cada vez “más creíble”.
Más aún frente a un mundo que ya no cree en Dios, ni en la existencia del mal, del Diablo, del cielo y el infierno, y que confunde la ternura con el amor o la amistad con el amor. Debemos ponernos “a la altura” de la gente.
Tenemos que hablar de los límites objetivos y comunes que existen en la “pareja” homosexual, sin demonizarla y de preferencia sin usar argumentos religiosos. Y, por más que a primera vista sean menos eficientes, sólidos, confortables y convincentes que los argumentos de fe, esas constataciones empíricas (es decir, a raíz de la experiencia) existen, son numerosas, y tocan más los corazones y las inteligencias de nuestros contemporáneos, que los argumentos religiosos.
En nuestro documental “LAS LOCAS DE DIOS”, hicimos una lista de los numerosos límites de la “pareja” homosexual en base a una recopilación de experiencias de varias personas durante un período de 20 años. Los límites van más allá de los límites biológicos (imposibilidad de procrear) o religiosos (alejamiento del plan de Dios): aburrimiento, infidelidad, materialismo, erotización excesiva, prostitución gratuita, relación de poder y de sumisión, control psicológico, celos, traiciones, confusión entre placer (o ternura) y amor, falta de felicidad y de comprensión, vida individualista, rechazo de la diferencia sexual, etc.
Todas esas realidades “hablan” a las personas homosexuales mucho más que un versículo bíblico. A veces, Jesús se hace invisible y prefiere que lo anunciemos de manera discreta, delicada, adaptada a la comprensión y a las heridas de nuestros interlocutores. En nombre de su encarnación humana y de nuestra libertad.
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¿Cómo es tu relación y qué piensas de los planteamientos del lobby LGTBI+?
De mi parte, no es nada conflictiva o rencorosa. Al contrario, es amistosa. Y no me aparto de este lobby. El “lobby LGBTI+”, ante todo, son personas, y es mi familia. Porque toda persona que siente una tendencia homosexual forma parte de este lobby. Entonces, no puedo estar “en contra”, ni ver a este lobby como un enemigo.
La homosexualidad, sin ser mi identidad (mi verdadera identidad es la de hombre e hijo de Dios; no soy un arcoíris, tampoco mi orientación sexual), forma parte de mi personalidad. Además, tengo en este “lobby” a muchos amigos. Y como con una familia, por mucho que no esté de acuerdo con todas sus prácticas y sus luchas/orientaciones, y que me hiera la instrumentalización y la promoción actual de la homosexualidad para hacer aprobar leyes injustas, no dejo de pertenecerle.
Sin embargo, me opongo, con todas mis fuerzas a las personas que encabezan, políticamente, este “lobby LGBTI+”, que no son homosexuales necesariamente, sino más bien líderes que se presentan como “heteros gays friendly”, y que hablan en nuestro nombre y se hacen pasar por nosotros, para saciar su venganza secreta contra la sexualidad, la Humanidad, el matrimonio hombre/mujer y la Iglesia Católica, utilizando la homosexualidad para imponer leyes injustas (tráfico de niños, transformaciones irreversibles del cuerpo por la transición transexual, procreación médica y educación sin padre, etc.).
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¿Eres víctima de discriminación u homofobia, por católico, por homosexual, dentro y fuera de la comunidad LGTBI+?
A decir verdad, hasta ahora las únicas veces en las que alguien me ha tratado de manera poco respetuosa en relación con lo que digo sobre la homosexualidad, ha sido por parte de algunos miembros de la Iglesia.
Ya sea porque tienen un pensamiento progresista (apoyan las uniones homosexuales) o demasiado “conservador” (creen que estamos enfermos y que necesitamos curarnos, y que si seguimos experimentando tendencias homosexuales es sencillamente por falta de fe).
Con la comunidad LGBTI+ no he tenido problemas hasta ahora. Quizás porque no soy lo suficientemente conocido, pero creo que llegará el día en el que algunos miembros se pronuncien contra mí. Igual los amaré, como amo a aquellos católicos que se burlan de mí.
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Cuéntanos sobre la película “Las Locas de Dios”
“LAS LOCAS DE DIOS” es una respuesta a todo lo que hoy vemos, conocemos y nos preguntamos sobre la homosexualidad. Es una película documental muy completa en la que se responden a más de 240 preguntas y que tiene como protagonistas a 6 personas homosexuales reales y católicas de diferentes partes del mundo (Francia, Alemania, México, Colombia y Perú).
El rodaje se realizó en Francia (Lourdes y París) a fines del 2019, y su estreno será en 25 partes durante el 2021 en la plataforma gratuita de YouTube (Ya pueden ver el primer video aquí: https://www.youtube.com/watch?v=gt662IBKUJ4 ).
Se tratará el tema de la homosexualidad en 8 dimensiones diferentes:
EPISODIO 1: LA PERSONA HOMO
Jornada 1: Dimensión íntima de la homosexualidad
Jornada 2: Dimensión familiar de la homosexualidad
Jornada 3: Dimensión amorosa de la homosexualidad
EPISODIO 2: EL MUNDO HOMO
Jornada 4: Dimensión cultural y comunitaria de la homosexualidad
Jornada 5: Dimensión política internacional de la homosexualidad
Jornada 6: Dimensión homófoba de la homosexualidad
EPISODIO 3: EL CIELO
Jornada 7: Dimensión eclesial de la homosexualidad
Jornada 8: Dimensión santa de la homosexualidad
Actualmente estamos presentando el proyecto en cinco idiomas (español, francés, inglés, alemán e italiano) y esperamos que alcance a un gran número de personas. No es un documental testimonial en el que solo hablamos de nosotros y nuestras experiencias, sino que también presentamos información muy valiosa que creemos le servirá y dará respuestas a más de uno. Es un documental valioso, valiente, formal y divertido al mismo tiempo… porque así somos.
Gerson Gonzales
Tiene 26 años y vive en Lima - Perú. Católico y homosexual continente, es decir, vive su tendencia sexual en celibato por amor a Jesús, la Iglesia y el mundo. Fotógrafo y productor audiovisual. Investigador y expositor sobre la homosexualidad. Le apasiona todo lo relacionado con la educación, las relaciones familiares y la fe.
Actualmente está preparando un documental llamado "Las Locas de Dios" ( https://www.youtube.com/watch?v=GjGK8P8teto ) que fue grabado en Lourdes y París en 2019, con 5 amigos homosexuales de distintas partes del mundo (México, Perú, Alemania, Colombia y Francia) y que se estrenará en 25 partes durante el año 2021 (https://www.youtube.com/channel/UCv16fcsRvsy7CWkViKOaiZg ).