Inteligencia Emocional
Conversando con mi ahijado – mi primer amor chiquito, que hoy tiene 11 años – le pregunté qué significaba para él la inteligencia emocional. Me respondió: “inteligencia emocional es utilizar tus emociones con inteligencia”. Me pareció una definición muy poderosa, compleja y sencilla a la vez.
Esa conversación me llevó a cuestionarme ¿qué significa usar nuestras emociones con inteligencia? y, ¿Cuál es el impacto que esto tiene en nuestro día a día? Aquí voy a tratar de compartir algunas reflexiones que surgieron al ensayar una respuesta para este cuestionamiento tan fascinante.
Las emociones existen
En primer lugar, nuestras emociones existen, son parte integral de nosotros – reflejan nuestras motivaciones, lo que ocupa nuestra atención y energía en un determinado momento.
Nuestra habilidad de reconocer, entender y manejar emociones nos ayuda a canalizarlas de forma inteligente.
Negar su existencia o suprimirlas, nos genera una carga, un peso que obstruye nuestro pensamiento crítico. Puede expresarse de formas contraproducentes, muchas veces fuera del ambiente que las genera.
Neutralidad de las emociones
En segundo lugar, las emociones no son inherentemente buenas o malas. Nuestras emociones no son binarias, tienen luces y sombras, se ubican dentro de un espectro grande que es influenciado por el contexto.
Por ejemplo, el miedo puede ser paralizante o motivante, dependiendo de las circunstancias. Nos ayuda mucho el tratar nuestras emociones con curiosidad para entender que hay detrás de las mismas, viéndolas como un termómetro o un sensor, no como un producto terminado.
La propagación de las emociones
En tercer lugar, las emociones se contagian. Nosotros no existimos en un vacío, somos parte de una sociedad y nos alimentamos de las emociones de aquellas personas con las que convivimos.
Nuestro cerebro tiene la capacidad de entender y replicar las emociones de los otros, dándonos la base para la empatía y la compasión.
Al mismo tiempo, si estamos insertos en un ambiente donde las emociones que priman son emociones negativas, eso nos contagia y podemos llegar a replicarlo de forma inconsciente.
Por esto, estar atentos y conectados no sólo con nuestras emociones, si no con las emociones de los que nos rodean es un aspecto esencial para vivir en sociedad.
Hablando con el experto
Compartí estas reflexiones con mi ahijado y juntos concluimos que la inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que una persona tiene para reconocer sus propias emociones y las de los demás permitiéndole, por ejemplo, ser empático con un problema y ayudar a buscar una solución.
Una persona con esta habilidad se distingue positivamente, tanto en su trabajo, en su casa o en espacios públicos como las redes sociales, supermercados o en el propio tráfico.
Por ejemplo, un líder empresarial con alto grado de inteligencia emocional podrá gestionar mejor sus equipos de trabajo. Sabrá reconocer las necesidades y aspiraciones de cada individuo y ayudará a planificar sus objetivos, alineados a las metas de la empresa.
Un ciudadano con inteligencia emocional, no será indiferente a los problemas que tiene su comunidad, y buscará soluciones para el beneficio de todos.
Un alto grado de inteligencia emocional es importante para desafiar el status quo, entendiendo cuándo y cómo levantar nuestra voz, siendo un catalizador en aspectos tan importantes como la innovación y el trabajo por la reducción de la desigualdad en nuestra sociedad.
Dicho esto, no podemos dejar de reconocer el lado oscuro de la inteligencia emocional. Un líder negativo con alto grado de inteligencia emocional puede ser maquiavélico y manipulador.
Existen varios ejemplos en la historia distante y reciente de líderes que explotaron emociones primarias como el miedo para generar apoyo a sus causas. Este tipo de situación nos puede llevar a parar de pensar y a dejarnos dominar por lo que sentimos. Hay una línea tenue entre la motivación y la manipulación.
La forma más positiva
Las emociones tienen poder, analizarlas y entenderlas nos ayuda a conectarnos con ese poder de forma constructiva.
La inteligencia emocional, en su forma más positiva, viene fundamentada de este conocimiento y acompañada de autenticidad, humildad, valores sólidos y pensamiento crítico.
Es importante estudiar y aplicar la inteligencia emocional de una forma holística, reconociendo que hay que desarrollar los valores que sirven como base para evitar que sea utilizada para el lado oscuro de la fuerza.
Rocío Velarde
es casada y mamá de dos hijos. Ella es Ingeniera Industrial por la Universidad de Lima y cuenta con un Master en Administración de Negocios de Thunderbird School of Global Management & Tecnológico de Monterrey y un Certificado Ejecutivo en Liderazgo del Massachusetts Institute of Technology. Se unió a Citibank en 1999, donde ha ocupado cargos de dirección en distintas áreas como Banca Transaccional, Ventas y Soluciones de Banca Transaccional y Productos de Comercio Internacional. Desde 2019 es Gerente General de Citi Ecuador. Velarde es Vicepresidenta de la AmCham Quito y miembro de los Directorios de Junior Achievement Ecuador, la Cámara de Industrias y Producción y de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador.