La agotadora lucha por el poder
Spoiler alert de la película Descuida, yo te cuido*
La sociedad actual presta mucha atención al desarrollo de la mujer. A pesar de que su rol siempre ha sido de vital importancia, ahora parece existir una urgencia de empoderamiento femenino que rompa con los antiguos estereotipos de vulnerabilidad o dependencia.
Surge la necesidad de desvincular a la mujer del concepto de “sexo débil” para asociarla con fortaleza y autosuficiencia. Así, nace también una disputa por el poder que- en lugar de complementar a hombres y mujeres por sus diferencias- los pone en bandos enemigos incompatibles.
Se ha insertado en la sociedad moderna, la idea de que hay que terminar con las mujeres sumisas y reemplazarlas por exitosas mujeres todopoderosas que no necesitan de ningún hombre y que no le tienen miedo a nada.
Este deseo desordenado de empoderamiento e independencia femenina, bombardea cada vez más los productos audiovisuales que consumimos. Además, se articula con un discurso de odio hacia los hombres, disfrazado de una lucha por obtener el poder, que durante tantos años oprimió a las mujeres.
Se han realizado varias adaptaciones de producciones antiguas, para introducir personajes femeninos que destaquen la figura de “mujer empoderada” que tanto clama la sociedad contemporánea.
Desde Netflix
El estreno de Netflix Descuida, yo te cuido es un claro ejemplo de esta realidad. Marla Grayson, la protagonista -interpretada por Rosamund Pike- es una estafadora que se encarga de incautar los bienes de adultos mayores al obtener su custodia por medios legales corruptos.
La mujer luce perfecta en todo momento, camina en tacones altos, tiene sus cejas definidas y utiliza colores llamativos en sus labios. Sin embargo, lo que hace que su presencia sea notoria en los lugares a los que llega, es su actitud de seguridad y sus aires de superioridad.
La manera en la que retira sus gafas, fuma su cigarrillo electrónico y la firmeza con la que habla , resaltan rasgos que se asocian con la idea de una “mujer empoderada” del siglo XXI.
Su relación con los otros personajes
De principio a fin, es notoria la ausencia de personajes masculinos en la película ya que ni siquiera el personaje de interés amoroso es un hombre. Deliberadamente se minimiza la aparición de hombres en la pantalla y los que aparecen son ridiculizados a través de personajes torpes, incompetentes y débiles.
No existe ningún personaje masculino que sea admirable o incluso digno de igualarse en valor a la protagonista.
La representación de los hombres junto con las frases explícitas del personaje principal en contra suya, es sinónimo de una generalización del género masculino como algo negativo.
La cinta termina con el asesinato de Marla a manos de un hombre. Así , nuevamente se hace implícito una guerra de sexos que sólo termina con violencia e insultos pues nunca se muestra una dinámica en la que hombres y mujeres convivan en paz y en igualdad de condiciones.
El antagonista por supuesto, es hombre. Se trata de un mafioso que supuestamente representa un grave peligro. No obstante, termina rindiéndose ante Marla e incluso le propone ser su socio ya que admira su determinación y talento.
Este gesto, además de quitar toda credibilidad a la historia, transmite el mensaje de que una mujer que está dispuesta a darlo todo para ser “la depredadora y no la presa” siempre gana la batalla.
La figura femenina sale victoriosa de la contienda con su oponente masculino y lo consigue porque obtiene el poder. Es un forcejeo de quién da más, en el que se obliga a la protagonista a encajar en un molde masculino para ser exitosa.
Rasgos de la “mujer empoderada”
Marla es una mujer fuerte y decidida, dispuesta a darlo todo por sus ideales, no parece tener límites ni obstáculos que no pueda vencer. No le tiene miedo a nada, ni a la misma muerte ni a negociar con un criminal de la mafia.
Lo más sorprendente es que, aún cuando cuenta con el apoyo de su pareja, en el momento de la acción o toma de decisiones lo hace todo por sí misma, sin necesidad de depender de nadie más.
Pese a ser un personaje moralmente cuestionable, Marla es la encargada de transmitir la moraleja de la película:“hay dos tipos de personas en el mundo, las personas que quitan y a las que les quitan, depredadores y presas, leones y ovejas”.
La tesis de Descuida, yo te cuido se centra en la lucha por adquirir poder y aunque el mensaje no es explícitamente en contra los hombres, salta a simple vista una ideología detrás que busca dividir a la sociedad.
Este discurso se repite cada vez más en los distintos largometrajes modernos que cuentan con la figura de la “mujer empoderada” . Lo alarmante es ver cómo estas ideas se van normalizando en una sociedad que decide ignorar las sutilezas porque está demasiado concentrado en aplaudir a la mujer que dejó de ser invisibilizada.
Pero … realmente la vida se define en un ¿Hombres vs Mujeres?
Descuida, yo te cuido es solamente una de las tantas cintas que transmiten el mensaje de empoderamiento femenino distorsionado.
Los hombres y las mujeres no tenemos porqué estar en bandos enemigos ni gastar energía, tiempo y dinero en una lucha agotadora por quien tiene más poder.
El desarrollo de la mujer no tiene que ser a costa de la ridiculización del hombre. Al contrario, tenemos que potenciar nuestras habilidades, aprender a caminar juntos, enriquecernos de nuestras diferencias y trabajar en equipo para el bienestar global de la sociedad.
No es cuestión de venganza o de que haya llegado el momento de menospreciar al hombre. Es vital ir más allá y velar por una convivencia sana y sin rencores.
La sociedad actual no necesita una agotadora lucha por el poder. Requiere de una complementariedad que no nos haga más fuertes sino mejores .
Creo que existe una delgada pero clara línea entre apoyar a las mujeres para superarse y el pisotear a los hombres para mostrarlas como superiores. ¿Para qué pelear por el poder? ¿Por qué no aprender a compartirlo?
Ana Paula Rojas
Comunicadora, guionista, fotógrafa y defensora de la vida. Tengo 22 años y escribo sobre temas relacionados al feminismo , la educación menstrual , ciclicidad femenina y equidad de género.