Vida o Muerte
El ser humano no termina de entender el gran misterio de la vida. La muerte ha sido objeto de temor y de ritualidad desde el inicio de nuestra existencia. Reflexionar, pues, sobre nuestra muerte, es reflexionar acerca de nuestra vida. Eso significa que no hay medias tintas: estás vivo o estás muerto.
¿Cuándo comienza la vida?
Desde la concepción lo dice nuestra constitución. Por lo tanto, cualquier cosa que la termine se llama muerte. Por ello, si no es muerte natural, es terminarla por voluntad propia: “suicidio” o por voluntad ajena: asesinato.
Si el asesinato es punible o no, lo decide “el juez o la jueza”, con base en la ley de turno. Entonces la manipulación de las leyes han servido para justificar algunos procederes de los seres humanos durante la historia. Justificables o no por la famosa “Ley de turno”, terminar con la vida de otro ser humano sigue siendo asesinato.
Origen de todo
Una relación sexual con o sin consentimiento, puede tener como consecuencia un embarazo. A cualquier edad, la terrible circunstancia de un embarazo por violación es traumática. El embarazo será no deseado, aún así la consecuencia es la vida de otra persona en el vientre de una niña o mujer: un ser humano con vida independiente.
El hecho de que la niña o mujer tenga menos o más de 18 años no cambia la realidad de que lleva en su vientre una vida humana desde la fecundación. Si ese ser humano tiene 24 semanas o aún peor 9 meses, no cambia su derecho a la vida. El eliminarlo sigue siendo un asesinato.
El tiempo de gestación no hace la diferencia ni tampoco la edad de la mujer para que sea más o menos legal el terminar con la vida.
Nada puede reparar el daño
Cierto es que nada va a borrar el dolor de una violación. El aborto no va a sanar las heridas de la violación. Va a dejar en el vientre de la mujer , las marcas de la extirpación que nunca se borrarán y en su corazón, una duda de por vida que puede transformarse en dolor y amargura.
No nos confundamos: acabar con un embarazo no deseado, no elimina el trauma, crea otro que enfrentar.
La vida es vida y la muerte es muerte, aunque quieran darle vueltas con justificativos legales, para cambiar un sistema que no ayuda a la mujer vulnerable. Esta ley no apoya a la mujer embarazada de manera efectiva (derecho consagrado en la constitución). No tiene un sistema jurídico eficiente para sancionar a los violadores, ni a evitar y sancionar la violencia intrafamiliar, ni un sistema de protección, casas de acogida y otros.
Como dice un gran jurista constitucional Rafael Oyarte: “Matar en nombre de la salud pública, es tan viejo y repetido en la historia de la humanidad, como crear teorías en torno a que existe el derecho a eliminar al más débil.”
Debemos centrarnos en generar un sistema que prevenga, elimine y sancione la violencia, el asesinato, la mentira y corrupción o aprobar el terminar la vida con permiso para justificar la muerte de los que no tienen voz.
Verónica Sevilla
Experta en desarrollo estratégico de negocios, ha realizado proyectos innovadores de producto y experiencias turísticas, ha liderado exitosas campañas internacionales de comunicación, mercadeo, marca ciudad y planes estratégicos para la expansión de destinos inteligentes, así como la campaña nacional “Unidos Por Ecuador”.
Su misión es impulsar el empoderamiento de la mujer para ocupar espacios de decisión como pilar de la sociedad, la productividad equitativa y consciente.