Rebeca Endara
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¿Cómo comenzó tu camino para cambiar el estilo de vida que llevabas? ¿Cómo describirías tu vida antes?
Cuando estaba en la Universidad, llevaba un estilo de vida lleno de estrés e inconformidad. Pensaba que las cosas que hiciera o los logros que alcanzara iban a determinar mi valor y me iban a dar felicidad.
Vivía en una rueda de hámster intentando alcanzar paz y satisfacción en cosas externas; terminé dañando muy fuertemente mi salud. Solo ahora soy consciente de que vivía para agradar y complacer a otros, y personalmente era infeliz.
Mi concepto del éxito se había convertido en estar estresada y ocupada todo el tiempo. De hecho, en el último año de Universidad, me diagnosticaron una cardiopatía y me aseguraron que estaba a punto de condenarme a vivir con ese dolor toda la vida.
Corría por el sendero del perfeccionismo con los parámetros del mundo y estaba acabando, literalmente, conmigo. Finalmente tuve un burn out: colapsé física, mental y emocionalmente.
Mi vida se sentía vacía. Estaba irónicamente llena de muchas cosas externas: logros, comunidad, amigos, responsabilidades, premios, becas, espiritualidad, etc. Pero me sentía vacía por dentro. Ese burn out, fue un “llamado de emergencia”. Mi cuerpo gritó lo que mi alma había callado por muchos años. Y pensé: “o esto acaba conmigo, o yo acabo con esto”.
Decidí tomarme un semestre sabático para comenzar a sanarme físicamente. Esto implicaba cambiar hábitos que se habían ido consolidando en mi vida. Poco a poco me di cuenta de que este proceso para ser completo debía ir más allá de lo físico.
Después de comenzar a trabajar en aquello que más me dolía exteriormente, comencé a buscar la raíz emocional y mental que las estaban provocando.
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¿Qué te motivó a vivir la vida desde la gratitud?
Diría que fue el testimonio y la experiencia. Primero, valorar el testimonio de personas que sin aspavientos tenían la paz y la alegría con que yo soñaba vivir.
El ejemplo más claro es mi abuela, durante los primeros meses de la pandemia me dediqué a cuidarla. Tiene 94 años, padece Alzheimer y es la persona más feliz y plena que uno se pueda encontrar. Ella siempre agradece. Con su enfermedad puede que no sepa dónde está, ni quién es, ni quién le atiende, pero había unas pocas veces que ella se conectaba y me decía: gracias. A inicios de este año tuvo covid con un pronóstico poco alentador, pero salió adelante.
Cuando me pongo a pensar: ¿Qué le mueve a ella a pesar de no estar consciente? La respuesta que encuentro es que ella siempre vivió desde el amor y la gratitud. Eso lo cambia todo.
Estoy segura de que no solo la sacó de ese cuadro de enfermedad, sino que es lo que le permitió ser la mujer es. Ella se tituló y ejerció su carrera de maestra, en una época cuando prácticamente ninguna mujer tenía el derecho de estudiar.
Yo decidí aplicar la gratitud como una práctica consciente en mi vida .Después de haber vivido repetidos episodios depresivos y de burn out, comencé a buscar recursos, y uno de estos recursos implicaba todas las noches agradecer. Y noté el cambio que hacía dentro mío.
Porque las circunstancias dolorosas y los problemas no estaban en mi control. Pero si yo podía decidir la perspectiva desde la cual los veía: desde el victimismo o desde la gratitud. Con el mar de incertidumbre que ha implicado estos tiempos decidí: yo quiero ser feliz, quiero ser feliz en el aquí y en el ahora, y para eso voy a agradecer.
¿Qué rol jugó la papelterapia en tu vida?
Me salvó la vida. Ha sido la herramienta que llevo usando aproximadamente 5 años para poder tomar conciencia de mis pensamientos y poder discernir mis decisiones en paz.
Aquello de lo que no eres consciente, no puedes hacer nada al respecto.
Comencé con ejercicios de escritura para tomar conciencia de mis sentimientos, pensamientos y emociones. Estos me daban la capacidad de poderme ver sin máscara, de aclarar desenredar todos esos pensamientos que durante años eran como cables de luz de Navidad enredados.
Decidí invertir en mí, buscar ayuda a través de terapia psicológica y de acompañamiento espiritual. Pero esas personas, no hacen el trabajo por ti. Esa persona te da herramientas, pero tú eliges cómo usarlas y yo escogí usarlas a través de la escritura.
¿Qué mensaje quieres transmitir en tus redes sociales y en tu podcast?
Intento transmitir un mensaje de esperanza en la belleza de la vida. Todos los días antes de publicar cualquier contenido pienso: ¿qué hubiera necesitado la Rebe de hace cuatro años?, ¿qué no me dijeron que me hubiera encantado saber?
El mensaje que siempre llevo en el fondo inclusive detrás de temas prácticos y vulnerables es un mensaje de un amor que trasciende. Es compartir mi experiencia, porque soy consciente de que a mí me hubiera ahorrado muchísimo dolor y tiempo saber que no era la única que estaba pasando un proceso de transformación.
No tenemos que tocar fondo, no estamos solas ni locas, siempre se puede empezar de nuevo, ninguna decisión es “buena o mala” por sí misma.
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¿Qué significa el lanzamiento de tu libro para ti?
- Tus pensamientos tienen poder. Porque desde que yo estaba en el colegio pensaba que para mí era posible ser autora. Siempre lo pensé. Y podría parecer muy lejano, inclusive mis compañeros del colegio a quienes les comentaba esto, no lo comprendían.
- No importa lo que se haga, sino desde dónde se lo haga. ¿Cuál es su intención? Para mí significa el reconciliarme con mi yo arquitecta y permitirme ejercer desde el amor, ya no desde el miedo y la ansiedad por ser perfecta. Si no desde el deseo y la pasión de servir. Poniendo límites claros, priorizando mi salud espiritual, física y mental.
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Significa que en este mundo, puedo ser una mujer, descansar, estar con mi familia, estar tranquila, poner un límite a mi trabajo y así ser exitosa. Todo este camino me ha permitido construir mi concepto de éxito, y deconstruir todas esas ideas en las que se sobre exalta estar cansados y estresados todo el tiempo.
- La felicidad no está en la meta. Para mí la felicidad no fue el evento, para mí la felicidad fue el camino. No sentir vergüenza de quién soy, reconocer que mi valor no está en un logro, sino que mi valor está en la persona en que me he convertido en el proceso y en el amor que he puesto.
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Cuéntanos más sobre tu marca Belleza Sanadora.
La frase «la belleza salvará al mundo» aparece en la novela El idiota, de Fiódor Dostoyevski. No sé si salvará al mundo, pero a mí sí me salva todos los días.
La belleza puede verse como un concepto superfluo, pero en realidad va mucho más allá de lo estético. Comencé mi podcast con este nombre, con todo lo que a mí me hubiese encantado saber, todas las herramientas prácticas que como les comentaba arriba me tomó años encontrar, y sobre todo para brindar un espacio a todas las mujeres que se encuentran en caminos de sanación y necesitan una amiga, necesitan sentirse escuchadas y acompañadas.
Ahora esto ya no es solo un podcast, sino que una marca de papel terapia para poder brindar esa herramienta a un precio accesible a todas las mujeres que lo necesitan, porque yo no lo tuve y sé que les está cambiando la vida. Mi primer producto fueron calendarios y journals personalizados, ahora estoy comenzado con diarios de gratitud, y metiéndole mucho amor para seguir materializando mis sueños.
Rebeca Endara
Nací en Quito, Ecuador en una familia de artistas. Tengo 25 años. Mi mamá es costarricense. Ella es trabajadora social,y mi papá es arquitecto. Estudié arquitectura en la PUCE, y me gradué en octubre del 2019. Publiqué mi primer libro: “Reivindicación del Valor Espiritual de la Arquitectura”, en mayo del 2021. Me mueven todas las expresiones artísticas, y el servicio a los demás. Actualmente, trabajo en temas de arquitectura, estudio teología y construyo mi marca y podcast “Belleza Sanadora”