
Solemnidad de San José
Cada 19 de marzo, la Iglesia Católica celebra la festividad de San José, quien además de ser el patrono de la Iglesia Universal, es también el patrono de los trabajadores, los padres de familia y los moribundos.
En su honor, analizaremos algunas de las muchas cualidades que deseamos imitar.

Humilde y silencioso
San José es conocido como el “Santo del Silencio” debido a que en los evangelios de Mateo y de Lucas no se mencionan sus palabras, pero aún con lo poco que sabemos de él, es suficiente para conocer su fidelidad a la misión que Dios le dió. Cumplió el encargo de ser el esposo de la Virgen María, padre adoptivo de Jesús y protector de la Sagrada Familia, de manera silenciosa y discreta.
San José es también patrono de la vida interior. Sin buscar protagonismo alguno, nos enseña que la adhesión a la Voluntad de Dios y la humildad son características fundamentales de la santidad.
En un mundo donde se da mucho valor a la fama y a hacer alarde de los triunfos, el ejemplo de vida laboriosa y silenciosa de San José resuena de forma especial.

Trabajador y diligente
San José dedicó la mayor parte de su vida al trabajo como carpintero en un modesto pueblo, una vida que en apariencia era similar a la de muchos otros hombres de su época. Con su trabajo logró el sustento necesario para la familia, enseñándonos que en todo trabajo es posible servir a Cristo.
Su vida fue tan extraordinaria y digna de elogio que la Iglesia lo ha propuesto como un modelo ejemplar para todos los trabajadores del mundo.

Protector y proveedor
Cuando un ángel le advirtió en sueños que huyera a Egipto para proteger a Jesús y María, San José no dudó y obedeció de inmediato. Se dirigió a Egipto, donde tendrían que comenzar de nuevo, en un país extranjero. Su fe plena y confiada, le impulsó a obedecer enseguida y a cumplir el encargo de proteger a su familia en todo sentido.
San José fue cabeza de la familia, un padre amoroso y cuidadoso, un modelo para todos los padres en su responsabilidad de criar y proteger a sus hijos.
Nosotros también estamos llamados a seguir su ejemplo y depositar nuestra confianza en Dios en todo momento para cumplir con las responsabilidades de nuestro estado de vida.

Valiente
San José siempre obedeció los mandatos de Dios, incluso en situaciones extremadamente difíciles, demostrando valentía al actuar en base a su confianza en el poder divino en lugar de en sus propias capacidades.
Aceptó a María como esposa aun cuando estaba embarazada y el hijo no era de él, porque creyó en las palabras del ángel que en un sueño le indicó que así lo hiciera. Más adelante, se dirigió el desierto rumbo a Egipto, y así contribuyó a la salvación del mundo al proteger al Salvador.
Seguramente hubo más circunstancias a lo largo de la vida en que enfrentó los retos que representaba custodiar a la Sagrada Familia con valentía porque su estrecha relación con Dios le permitió depositar su confianza en la Divina Providencia.
«HOMBRE JUSTO»
En el Evangelio según San Mateo, se describe a José como un “hombre justo”, es decir, moralmente recto e íntegro. El hombre justo es sobre todo el hombre piadoso y santo, que hace la voluntad de Dios.
La devoción a San José ha crecido a lo largo de los siglos y su influencia es innegable en la historia y la fe cristiana. Hoy, de una forma especial, le pedimos su intercesión por las familias y los novios que se preparan para recibir el sacramento del matrimonio.
San José, modelo y patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

Paulina Silva
Esposa, mamá y abuela. Máster en Asesoramiento Educativo Familiar. Co-autora del libro "Un Noviazgo Extraordinario"
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