¿Mujer, cómo llegar a espacios de decisión, permanecer y no morir en el intento?
El sueño dorado de muchas mujeres es llegar a las posiciones de liderazgo, los espacios de poder, donde se toman las decisiones en lo público y en lo privado, donde eres la voz reconocida por la sociedad.
Nos preparamos, estudiamos, fortalecemos nuestras habilidades técnicas y blandas, mientras hacemos deporte, fortalecemos nuestra espiritualidad, conocemos nuestros ciclos hormonales, cuidamos nuestra imagen, nos enamoramos, nos casamos y decidimos tener o no hijos, cuidamos a los mayores y también queremos espacios de ocio, viajes y conocer gente.
Vamos por ahí en una carrera vertiginosa de competencia intensa en un mundo globalizado cada vez más exigente, rápido en información y en oportunidades.
¿Cómo lograr sentirnos en balance entre lo que queremos vivir y lo que queremos lograr?
Bienvenidas al mundo donde el balance es un resultado de saber manejar el constante cambio, la adaptación y establecer prioridades en los momentos de vida.
Estas son las claves principales de manejar tu proyección como mujer en un mundo que aún tiene mucho que caminar en ser equitativo y sinérgico para nosotras:
1) Establecer tu situación actual y proyectar tu futuro con base en tus prioridades
2) Definir las condiciones necesarias para conseguir tu visión futura
3) Implementar las acciones
4) Ser flexible y corregir según las condiciones y los imprevistos que se presentan para seguir.
5) Las metas a veces pueden cambiar por un cambio trascendente en tu vida (lugar, enfermedades, enamorarse, hijos, cambios familiares, estudios o simplemente un cambio de trabajo inesperado), lo importante es que tu motivo trascendente se mantenga. Este será la columna para no perder el norte, será el que te dé la satisfacción en todos los aspectos de tu vida.
¿Cómo abrirme campo y sostenerme en espacios de liderazgo del mundo?
Una vez que has llegado a lo que crees que es tu reconocimiento a tu disciplina y trabajo en condiciones cambiantes, te darás cuenta de que mientras más responsabilidad, es mayor la exigencia y la competencia. Es ahí donde entra tu visión de vida, tus prioridades claras, la valentía y la determinación, la feminidad y la firmeza de voluntad para mantenerse a pesar de las condiciones adversas y poder avizorar la salida.
La toma de decisiones trascendentales que cambian el mundo a tu alrededor o el mundo globalizado: en la familia, la empresa, el sector público, la sociedad en general está en manos de pocas personas. Si tú quieres ser de aquellas mujeres líderes que abren el camino a otras y cambian el mundo, prepárate.
Edúcate en lo técnico, pero sobre todo fortalece tu voluntad, crece en la resiliencia, en la resistencia y en la claridad de visión para establecer escenarios posibles y adelantarse a los resultados que esa decisión tendrá en el escenario cambiante en el que te encuentras.
Hacerse cargo de tu decisión y sus consecuencias
Esta es una de las competencias más escasas y la más importante para dirigir tu vida y la de los demás: en la familia, la organización, la sociedad en general. Las escusas, “es que”, “pensé que”, “me olvidé”, son culpar a los demás.
El “yo no fui” no te llevará a espacios de decisión. El poder conlleva la posibilidad de ayudar, desarrollar oportunidades, tomar decisiones que cambian el curso de los acontecimientos para el bien común, y fundamentalmente la responsabilidad de hacerse cargo de las consecuencias.
Llegar a espacios de decisión implica dedicación de horas extras y resistencia en el tiempo, de donación propia y de sacrificio. Si tienes familia: todos deberán estar comprometidos con tu proyecto de vida. Es necesario conversar con las personas relevantes para apoyarte en ese plan, hacer acuerdos y equipo con tus hijos, esposo, padres, hermanos, amigos. Que todos sepan que si no estás en casa, hay alguien que te apoya porque necesitas estar en una reunión, viaje, etc.
Si eres madre cabeza de hogar sola: participa a tus hijos de tus actividades de trabajo, conversa con ellos de tus planes, logros y agradéceles por ser parte de ese proyecto de vida que permite el bienestar familiar. Que cuando llegas cansada a casa ellos sepan que los amas, y entiendan que tu cansancio no es falta de amor ni atención; sino una oportunidad para hacer algo tranquilo y estar en su compañía. Hacerlos parte de esa maravillosa empresa que es la familia, darles responsabilidades para que sientan que son una pieza importante en el éxito de todos es fundamental para mantener el equilibrio.
Luego está lo imposible, aquello que no puedes cambiar, pero debes dejar fluir y esperar.
Allí es clave tu espiritualidad. En mi caso mi apoyo es Dios: hago todo lo que está en mis manos y lo que ya no puedo se lo dejo a Él. Seguir luchando es importante, como es clave saber parar cuando hemos puesto nuestro doscientos por ciento, hemos logrado los resultados y aun así, tal vez nos encontramos con falta de reconocimiento, e incluso alguien que compite en forma desleal o te reemplazan.
En esos momentos es cuando, sin dejar de ser firmes, hay que dejar fluir en manos de Dios las cosas que no podemos cambiar. En mi oficina siempre tengo escrita la frase: “Haz todo lo posible, y déjale a Dios lo imposible” y hemos logrado juntos metas realmente retadoras y hasta impensables.
El balance de vida es como surfear una ola, todas tus capacidades deben estar despiertas para manejar las situaciones, aquellas en las que puedes tener injerencia y dejar ir, aquellas en las que no puedes influir.
La buena noticia es que, en ese vaivén de la vida para lograr estar en espacios de decisión, cuando mires hacia lo logrado, te darás cuenta de que lo hiciste bien, que aprendiste, creciste como profesional y como persona, que cambiaste en algo el mundo. Mira hacia adelante, agradece y sigue confiando en ti, en quienes te acompañan, en tu plan y en ese maravilloso apoyo de la fuerza de Dios
Verónica Sevilla
Experta en desarrollo estratégico de negocios, ha realizado proyectos innovadores de producto y experiencias turísticas, ha liderado exitosas campañas internacionales de comunicación, mercadeo, marca ciudad y planes estratégicos para la expansión de destinos inteligentes, así como la campaña nacional “Unidos Por Ecuador”.
Su misión es impulsar el empoderamiento de la mujer para ocupar espacios de decisión como pilar de la sociedad, la productividad equitativa y consciente.
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